jueves, 21 de mayo de 2009

BOM DIA PESSOAS BONITAS

Son los minutos, algunas noches horas, antes de rendirse al sueño, y abandonar el cuerpo en la oscuridad, cuando la mente cobra una actividad frenética que provoca un desasosiego desmesurado, turbio por el cansacio de un cuerpo maltratado ante las metas diarias.
En esos momentos toda reflexión es absurda, pero las necesidades y sensaciones que se manifiestan perviven, son el reflejo de debilidades latentes, impulsos que tras el descanso deben ser atendidos.
Miedo, inseguridad, fracaso...
Amor, fortaleza, optimismo...
Términos contrapuestos, paradójicamente en la mayoría de ocasiones se complementan, forman un todo indivisible.

Abandonando todo formalismo léxico, lo único que quiero, es alcanzar la fuerza para plantar cara a la inseguridad que provoca el sentimiento confuso y nada definido del amor, sin miedo al fracaso, al error en la elección y con cierta dosis de optimismo real.


domingo, 17 de mayo de 2009


Imagen primaveral, con con flor identificativa, por color y simplicidad... al margen de categorizaciones "hippiescas"
Esperar, esperar...
Los impulsos no tienen hueco en el discurso diario, chocan con el miedo de quienes te rodean, no existe la fuerza precisa para recibir el impacto de acciones dirigidas únicamente por los sentidos. Jugamos de manera hipócrita, falseamos los conceptos de madurez o racionalismo, para evitar abrirnos, desnudarnos ante realidades demasiado familiares, conocidas sin haberlas presenciado, y como asusta.
Volver a un estado primario, de infantilismo absoluto para revivir la sensación de libertad, de decir o hacer en todo momento lo que queremos o creemos, porque no existe la expresión "que dirán", o la palabra juzgar.
Duele la impotencia que se ha afincado en nuestra evolución como adulto, de hablar de lo que tenemos dentro, de los instintos primitivos e incontrolables como el amor o el miedo, porque hemos aprendido que ese acto implica una gran consecuencia, siempre ligada al error o la pérdida.
Equivocarse, desde cuando es malo, cómo aprender o conocer, sino es de este modo.
Perder, perder el qué, la creencia en una mentira beneficiosa para algunos, destructiva para otros, en todo caso falsa, desequilibrada.
Prefiero perder, equivocarme, hacer el rídiculo, (actividad para mi desconocida en ciertos terrenos, en los que decidimos ser transparentes), quiero la verdad, moldeada por la realidad que rodea a cada uno de nosotros y nuestra percepción.
Si conozco las palabras reales, sin prejuicios absurdos, entonces yo, y sólo yo, decido qué hacer y qué realidad crear, a mi manera, dispuesta a caer, con todas las consecuencias, ahora infinitas, e impredecibles.
Quién sabe, esta vez lo mismo no gano.